viernes, 28 de septiembre de 2012

Catasa en el Camposanto...



Esta noche, cuando el sol ya haya caído por poniente y las sombras ejerzan su macabro dominio sobre nuestro mundo, nos juntaremos poco antes de las 21:00hrs en la puerta principal del camposanto las siguientes almas descarriadas:

Rodolfo Petersen
Chanchito "Renfield" Van Helsing, organizador y Tío Permanente
Vilma Vallejos
La Monita linda
Sandra Pavez
La abuelita del grupo
Harry Hoffstadt
El Coco, cagado de susto
Marion Hoffstadt
Marion, sin llorar eso sí!
Gisela Petersen
Que viene de SanRosendo pa’ la capitale puéh
Carolina Hofman
Que está de vacaciones
Raquel Vilchez
La Raca viene porque le gusta salir y pasarlo bien
Roberto Vitar
Viene desde LaSerena todo ansioso a "cuidar" la salida de la Raca


El recorrido es a las 21:00hrs, llevar una vela (una VELA, nada de linternas ni cámaras) y un crucifijo por si acaso.

Después de ello, a eso de las 22:45 hrs, nos juntaremos en el QUITAPENAS, que está a un costado del cementerio o nos vamos a comer mariscos por ahí cerca en calle Bulnes, y no huevéen más.

Chanchito “Renfield” Van Helsing

jueves, 30 de agosto de 2012

Ya está todo arreglado...



A la hora del crepúsculo del viernes 28, mientras el sol esté cayendo pálido y débil en el horizonte y las sombras se alarguen extendiendo su dominio sobre el mundo, seremos recibidos a las puertas de la necrópolis para efectuar una visita a la última morada de los muertos y sus almas en pena.

No es asunto para espíritus débiles, quiero dejarlo en claro desde ya!, pues más de un turista ha debido ser retirado de ahí con crisis de pánico por el personal del cementerio… más aún, ese día tendremos plena luna llena, por lo que los contrastes de luz y sombra entre mausoleos y tumbas proporcionarán un ambiente aún más fantasmagórico al lugar… si tu fe no es muy fuerte o no tienes el cuero suficientemente duro, favor abstente!

Las almas descarriadas que irán a poner a prueba su equilibrio emocional son, por ahora, las siguientes: Rodolfo Petersen, Vilma Vallejos, Sandra Pavez, Harry Hoffstadt, Marion Hoffstadt, Sebastian Hoffstadt, Pamela Castillo, Gisela Petersen, Andres Petersen, Carolina Hofmann.



Ah.. quieren ponerse a tono? Recordemos algunasde esas  historias sobre nuestro principal cementerio y que no tienen explicación científica posible... pero que sí ocurrieron y pueden seguir ocurriendo:


La Pasajera:



Esta es la historia de un taxista que, al pasar por la calle Recoleta en su taxi, lo hace parar una bella mujer. El día está frío y lluvioso, pero la pasajera lleva puesto un hermoso vestido veraniego de fiesta. Ella le pide que la deje en el Instituto Médico Legal (que se ubica en Av. la Paz poco antes de llegar a la entrada principal del Cementerio General).

El taxista al recibir el dinero del viaje, siente que la mano de la mujer al pagarle está muy helada. Preocupado porque en esos instantes llueve y hace frío, le ofrece su chaqueta, la cual ella acepta muy agradecida.
La mujer le indica que la puede ir a recoger a Los Naranjos 1245, donde al día siguiente se encontraría. Al día señalado, el taxista va a buscar su chaqueta y deambula por las calles cercanas a donde recogió a la agraciada pasajera, buscando la dirección que la bella mujer le entregó. En la calle se encuentra con un transeúnte, al cual le consulta por la mencionada dirección y éste le contesta que esa calle existe, pero que está en el cementerio.
El taxista, intrigado pero no por ello asustado, porque puede ser perfectamente una veladora del cementerio o la esposa de algún guardia, entra al camposanto, comienza a caminar buscando y por fin da con la calle y la numeración .
...Y encima de la tumba con el número 1245, encuentra su chaqueta. Al retirarla, su impresión es aún mayor, porque en la lápida está la foto de la difunta, la misma bella mujer que el día anterior había llevado en su taxi. La fecha de la muerte había sido años atrás y en verano, por ello sería que no iba vestida acorde para aquella lluviosa tarde de invierno en Santiago…
 



La mujer de luto:

Un grupo de trabajadoras del cementerio habían hecho un fuego en un brasero que tenían para pasar el frío invernal. Estaban tan entretenidas conversando que sin darse cuenta, se les hizo casi de noche, ya que en invierno con las frías tardes nubladas oscurece más rápido. Tres se iban por avenida Recoleta y una por La Paz. Sus compañeras trataron de convencerla para que no se fuera sola y se marchara con ellas, pero las distancias son grandes y en esos tiempos pasaba locomoción por la avenida la Paz, y debido a ello la mujer no aceptó irse por Recoleta.
Ya tomando el camino en dirección a la avenida la Paz, dentro del mismo cementerio, porque estaba a la altura del Crematorio, la trabajadora vio a una señora de luto por los pasillos, y le preguntó rápidamente: "Señora, ¿usted va por la Paz?". La mujer vestida de luto dio una respuesta afirmativa con su cabeza, y ambas siguieron camino juntas.
El camino era largo y el silencio comenzó a ser molesto, por lo cual la trabajadora del cementerio quiso iniciar una conversación, y le preguntó: "Usted, ¿a quién viene a ver?" Pero la visitante de negro no le respondió.
La señora, que había decidido no irse con sus amigas anteriormente, creyendo que la de negro no la escuchaba, se acercó más a ella, repitiéndole la pregunta: "Usted ¿a quién viene a ver?"
En esos momentos, cuando el sol ya se ocultaba por el poniente y la luz natural a medias alumbraba, cual sería la sorpresa de la pobre trabajadora cuando la mujer de negro levantó su velo y mostró su verdadero rostro, que era una calavera.
La trabajadora quedó en segundos paralizada de la impresión, pero al sentir un fuerte olor a putrefacción, se despertó de la impresión, haciéndola huir apresuradamente.
Asustada llegó hasta el Cristo de los Ricos, donde se arrodilló; al oír unas macabras carcajadas que se alejaban, comenzó a rezar.
Luego de unos largos minutos se atrevió a mirar; ya habían pasado unos 10 minutos casi eternos y constató que no había nadie, tras lo cual corrió hasta la puerta principal.
Asustada, les contó lo ocurrido a los vigilantes y éstos pensaron que alguien se había quedado dentro del cementerio. Fueron a ver y no encontraron a ninguna mujer de luto y nadie salió por los accesos laterales del recinto. Esa noche peinaron todo el cementerio, sin dar con la extraña visitante.
Dos de esas cuidadoras aún están vivas y una de ellas asegura que fue una de sus amigas quien se fue con la mujer de luto caminando. Todavía hay guardias que fueron testigos del estado en que llegó la mujer a contar lo que le había sucedido. Se mantiene en reserva su nombre y se asegura que no es una mujer fácil de asustar.



Y no se olviden de buscar en google al "Siniestro Dr. Mortis"...  Que duerman bien.

Chanchito Van Helsing.
Buáhahahahahahahahahahaha...




Después de ello nos reuniremos en algún restaurant tradicional del Santiago antiguo para alimentar el alicaído espíritu con algún plato típico... se han elevado voces femeninas pidiendo dejar las picadas y picanterías de lado, por lo que sugiero visitar algunos restaurantes tradicionales de verdad, de esos que tienen décadas y décadas de historia pero que cueste menos de la mitad que el LiliMarleen, jajaja...
Una buena alternativa podría ser  "La mansión de la novia" en Agustinas, donde las plateadas te dejan cantando aleluyas... o algún local en Bellavista, como "La Divina Comida" y sus famosas pastas y, porqué no?, la "Marisquería Tongoy" allí en General Bulnes...



A todo esto, quizás no lo habían notado en el listado anterior... pero saludamos la presencia de la Gisela que vendrá desde Osorno para unirse oficialmente a Catasa Entertainment Group y la Caro, en su calidad de sicóloga, se unirá también al grupo para poder tratar in-situ cualquier desorden nervioso que pudiere hacerse patente entre los comensales... como el síndrome de Renfield... buáhahahahahahahahahahha